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Cuando el cuerpo pide desconectar y la mente anhela un respiro, no hay mejor forma de disfrutarlo que con un baño de naturaleza. Y si vives cerca de Santiago de Compostela, estás de suerte: Galicia ofrece algunos de los paisajes más fascinantes para caminar, respirar aire puro y practicar marcha nórdica.
En esta selección encontrarás cinco rutas que recorren lo mejor del entorno natural gallego. Desde bosques de ribera hasta montañas costeras, todas estas propuestas están pensadas para quienes buscan combinar el ejercicio físico con el bienestar emocional. Tanto si caminas sola como si te animas con amigas o en familia, seguro que alguna de estas opciones se convierte en tu próxima escapada favorita.
Y si no lo sabías, te lo aclaro: en Galicia llamamos fervenza a las cascadas, esos saltos de agua que surgen en medio del bosque y que, especialmente en primavera u otoño, ofrecen un espectáculo natural que merece la pena descubrir.
1. Ruta dos Tres Ríos (Touro)

Una ruta sencilla y muy adecuada para iniciarse en la marcha nórdica. Se trata de un sendero lineal de 10 kilómetros, ideal para hacer con niños o como plan de domingo activo. Comienza en el área recreativa de Santaia, donde hay mesas de piedra, zona de aparcamiento y sombra.
A lo largo del recorrido, caminarás entre bosque de ribera acompañada por los tres ríos que dan nombre a la ruta: Lañas, Ulla y Beseño. Entre los puntos de interés destacan los Muiños da Carballa, el Salto das Pombas, una cascada de diez metros, y varias pasarelas de madera muy fotogénicas.
Y si te quedas con ganas de más, a menos de 500 metros encontrarás la Fervenza das Hortas, con sus impresionantes 30 metros de caída vertical. Es un complemento perfecto a esta ruta si buscas una experiencia más completa en contacto con el agua y el bosque.
2. Sendero del río Deza: Fervenza do Toxa y Monasterio de Carboeiro


Esta ruta, que parte desde A Bandeira (Silleda), es perfecta para quienes quieren hacer un recorrido con algo más de historia y belleza paisajística. Conecta tres lugares emblemáticos: la fervenza do Toxa, la playa fluvial de A Carixa y el monasterio de Carboeiro.
El recorrido es de unos 6 kilómetros (solo ida) por caminos sencillos, entre robles, castaños y sonidos de agua constante. La marcha nórdica aquí fluye de manera natural, y los bastones encuentran tracción suficiente para mantener un buen ritmo.
Si buscas una ruta de media mañana, esta opción te permitirá disfrutar de naturaleza, patrimonio y tranquilidad sin alejarte demasiado de Santiago.
3. Ruta de la Cascada del Xallas y Monte Pindo (Ézaro)


En plena Costa da Morte, Ézaro guarda uno de los secretos más impactantes de Galicia: el único río de Europa que desemboca en el mar en forma de cascada. Aunque se puede visitar en coche, recorrer la zona caminando eleva la experiencia a otro nivel.
Desde el Puente de Ézaro, puedes comenzar una ruta circular que asciende hasta el Monte Pindo, conocido como el Olimpo celta. La ruta continúa por las compuertas del embalse de Santa Uxía, pasa por el mirador del Ézaro y finaliza en el pie de la cascada.
Con una longitud de algo más de 14 kilómetros y una duración estimada de 6 horas y media, es una ruta exigente pero increíblemente gratificante. Las vistas al Atlántico y a los acantilados son inolvidables.
Y si te animas, por la zona del Monte Pindo encontrarás numerosos caminos secundarios para explorar con calma: antiguos senderos de pastores, vistas al mar y formaciones rocosas únicas que hacen de esta zona un paraíso para caminantes experimentados.
4. Ruta do Castelo de Vitres (Boiro)

Una de esas joyas poco conocidas. Esta ruta de 15,9 kilómetros, con unas cuatro horas de duración, asciende hasta el Castelo de Vitres desde la parroquia de Brazos, en Boiro. Sigue un tramo de antigua calzada romana y ofrece panorámicas espectaculares sobre la ría de Arousa.
Durante el trayecto cruzarás por tres fervenzas y un hermoso bosque de ribera junto al río Acevedro, donde crecen especies autóctonas como el avellano, el aliso o el peral silvestre.
La señalización no es perfecta, por lo que conviene llevar GPS o una app de senderismo, pero el esfuerzo se ve recompensado con pozas de agua cristalina y rincones para descansar.
5. Monte y Lago de Louro


Si buscas una combinación de mar, montaña y lago, este es tu lugar. Al comienzo de la ría de Muros e Noia, encontrarás el Monte Louro y la Laguna de Xalfas, uno de los paisajes más singulares de la costa gallega.
La ruta circular, de unos 13 kilómetros, comienza en la playa de Area Maior, asciende hasta la cima del monte y bordea el lago rodeado de juncos y aves. Tiene cierta exigencia física debido al desnivel, por lo que es ideal para caminantes con algo de experiencia.
Es un recorrido con muchas transiciones: dunas, acantilados, bosque, laguna y mar, todo en una sola jornada. Una propuesta que resume muy bien la riqueza natural de Galicia.
¿Por qué practicar marcha nórdica en estas rutas?
Además de ser paisajes bellísimos, estas rutas reúnen condiciones ideales para practicar nordic walking: caminos amplios, tramos en sombra, desniveles moderados (en la mayoría de los casos) y una conexión directa con el entorno natural. Si estás empezando, te recomiendo rutas como la de Touro o el sendero del Deza. Para quienes buscan más reto, Ézaro o Monte Louro son excelentes opciones.
Estas rutas no solo tonifican el cuerpo: te reconectan contigo misma y con la tierra que pisas. Y eso, Margot, es uno de los grandes placeres de la marcha nórdica en Galicia.
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